¿Qué es la meditación?
Es un ejercicio a través del cual enfocamos nuestra mente en la atención plena para conseguir un estado de calma y paz. En otras palabras, es una herramienta para anclarnos en el presentes.
Cada vez, el estrés y la ansiedad están más integrados en nuestra vida por las prisas y exigencias del día a día, haciéndonos sentir colapsados y frustrados. Por ello, es de vital importancia que busquemos herramientas que nos devuelvan nuestro bienestar y, así, cuidar nuestra salud.
Pues bien, en la vida de los niños y adolescentes no es de menor importancia implementar estas herramientas, ya que ellos también pueden llegar a experimentar altos niveles de estrés en su rutina.
A través de la meditación se les enseña a calmar la mente y los pensamientos frente a situaciones de estrés, encontrando un lugar tranquilo, seguro y feliz en su interior, al que podrán acudir cuando deseen y lo necesiten.
A continuación, te cuento algunos de los beneficios de la meditación en ellos.
- Beneficios de la meditación en niños/as y adolescentes:
– Aprender a gestionar momentos de ansiedad y estrés.
– Regular y controlar pensamientos y emociones, haciéndoles responsables de su vida y felicidad.
– Aumentar la capacidad de atención, mejorando su rendimiento académico.
– Mejorar el sueño y descansar mejor.
– Reducir la impulsividad, enseñándoles a pensar y razonar previamente.
– Potenciar su creatividad.
– Fomentar la empatía, gratitud y compasión.
- Cómo introducir la meditación:
- Busca un lugar tranquilo. Encuentra un lugar con pocas distracciones que invite a la calma. Puedes utilizar luces tenues, una melodía relajante, velas e incluso algún incienso suave.
- Empieza por pocos minutos. Si a un adulto puede costarle aterrizar en el presente, imagina a un niño. Puedes iniciarle con ejercicios que duren un minuto o menos e ir incrementando el tiempo con la práctica.
- Guía a través del cuerpo. Tomad una postura cómoda, en la que el cuerpo quede relajado: podéis sentaros en una silla con la espalda relajada y recta, en el suelo en postura de indio o tumbados en el suelo/cama. Pídele que se concentre en la respiración o en algunas partes del cuerpo.
- Utiliza la imaginación. Si la opción anterior no funciona, dale rienda suelta a tu imaginación y crea un paisaje o lugar atractivo a través de una historia. También puedes recrear una emoción.
- Sé un ejemplo a seguir. Los niños copian todo lo que ven, así que es necesario que te unas a hacer la meditación con ellos y te vean practicándolo.